El análisis en torno a temas y realidades de interés de las áreas disciplinares asociadas a las humanidades y las ciencias sociales constituye uno de los principales intereses de la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales ASOCOLHCS. Hacer una pausa, construir una mirada crítica y analítica a la luz de estas áreas del conocimiento, se traduce hoy en un blog. Uno de esos nuevos espacios que las tecnologías digitales nos proveen para el encuentro, no obstante, humano. Este es la primera de las que esperamos sean muchas entradas publicadas en nuestro blog.

En este primer  espacio, retomaremos las temáticas y posturas que en el marco del encuentro académico de decanos, posterior a  la Asamblea General Ordinaria de la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales ASOCOLHCS 2024, celebrada en Bogotá,  se adelantaron en el Panel de Expertos con la participación de Tito Crissien, ExMinistro CTeI y Director ejecutivo CienTech; Héctor Bonilla Rector de la Universidad del Nariño y presidente Acofartes; y Andrea Franco, Líder de política de formación e inserción laboral de alto nivel, de Minciencias, con el propósito de consolidar una visión presente y hacia el futuro del quehacer de la asociación en torno a su objetivo de promover el reconocimiento y la defensa de las humanidades y las ciencias sociales, a través de la integración y comunicación entre sus miembros, la divulgación de la producción académica, y la gestión de proyectos para la consolidación y dignificación de los profesionales de estas áreas del conocimiento.

A continuación, algunos extractos de momentos relevantes de la jornada que nos dan una perspectiva que enriquece nuestro horizonte misional.

Para empezar, una mirada desde el actual sistema de ciencia y tecnología.

La ciencia nace de las ciencias humanas y exactas y son éstas las que han venido liderando la gestión científica, relegando las ciencias sociales a un segundo lugar. Sin embargo, ante tantas problemáticas globales es preciso contar con la perspectiva de las ciencias sociales y humanas para poder abordarlos de forma integral. Si bien las ciencias naturales nos permiten tener un conocimiento que posibilita hacer predicciones, las ciencias sociales permiten nos comprender el fondo de las cosas. Así, es preciso tener una mirada integral, comprensiva de la ciencia, en la que se empleen, respeten y valoren diversos métodos, incluyendo cuantitativos, cualitativos y mixtos. De esta forma, para abordar y resolver los problemas sociales se requiere de una sinergia. 

En el sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) propuesto en la política pública recogida en el Conpes 4069 de 2021, se define una cuádruple hélice de cuatro grandes funciones: formación, generación de conocimiento, transferencia y apropiación social del conocimiento. Es un círculo virtuoso enmarcado en la misión de sabios de 2019 en la que se identifican dos de los ocho focos: ciencias sociales y desarrollo humano con equidad, y el de industrias culturales y creativas que responden a los planteamientos de las ciencias humanas y sociales. También los Objetivos de desarrollo sostenible, ODS, ponen de relieve la importancia de las ciencias humanas y sociales para poder tener una mirada amplia y complementaria del desarrollo y sus posibilidades.

Para poner aún más de relieve la importancia de las ciencias humanas y sociales, un paralelo entre las escalas de madurez tecnológica y de madurez social. La NASA durante la inicial carrera espacial creó la Escala TRL, Technology Readiness Level, o nivel de alistamiento tecnológico, que tiene 9 niveles, del más básico, la pura idea, al más complejo con el desarrollo completo, cuando la sociedad apropia la tecnología. De otra parte, un instituto Danés hizo una escala de alistamiento social, la escala SRL, Societal Readiness Level, con nueve niveles que permitan hacer un comparativo dialógico entre los niveles de alistamiento de las ciencias naturales y las ciencias sociales. De acuerdo con esta escala la madurez social es una escala para identificar, delimitar y medir las diferentes etapas de maduración de un proceso de diversas áreas del conocimiento como las ciencias sociales y humanas. Algunos ejemplos de estos procesos enmarcados en tecnologías sociales son eliminar la pobreza y el hambre, o garantizar la salud.

Ambos niveles de alistamiento deben ser complementarios para que haya un desarrollo científico integral. Si bien los desarrollos que llevaron a la creación de la bomba atómica en el proyecto Manhattan fueron un éxito teórico y aplicado para la física y las ciencias naturales, fueron un fracaso para la sociedad. Esa misma incongruencia incompatible se observó en su momento con los tableros digitales que fueron rayados con marcadores analógicos. Los niveles de alistamiento tecnológico y social no tuvieron el mismo desarrollo y la misma ´comunicación´ y por tanto el producto no fue exitoso. En síntesis, es preciso que ambas formas de hacer ciencia dialoguen y sean complementarias, pues las dos visiones son necesarias e igualmente valiosas para que haya un pleno desarrollo de la ciencia.

Un aspecto que adicionalmente pone de relieve la importancia de las ciencias sociales es el de los productos. Aunque existe la creencia errada de lo difícil que es publicar en ciencias humanas y sociales. Sin embargo, las nueve revistas colombianas que están ubicadas en Q1 son del área de las ciencias humanas y sociales. Asimismo, el 26% de las publicaciones, la curta parte, en el mundo son del área de las ciencias humanas y sociales. El producto científico por excelencia son los artículos científicos, más allá de las críticas que puedan tener y las ciencias humanas y sociales tienen claramente la oportunidad de posicionarse en el escenario de ciencia a través de este medio.

En contraste, una mirada desde un paradigma cualitativo

El conocimiento no es solo científico. Referirse al conocimiento de esa forma excluye otras formas de conocimiento, cuyas fuentes no son siempre las de la ciencia. Desde las artes, en particular se plantean las diferentes fuentes de generación de conocimiento, específicamente a través de la creación, que se ubica en una escena diferente a la de las ciencias naturales y a la de las ciencias sociales. Así se empieza a hablar de creación como una forma de generar conocimiento a través de la “práctica creativa”, diferente a los métodos científicos tradicionales.

El aporte de la creación no se refiere tanto al resultado de la actividad en sí misma, a los ´artefactos´, sino a las dinámicas que emergen que entre la ogra y las personas que la usan. El aporte de la creación al conocimiento radica en la experiencia que propicia.

Ahora bien, para articular esta propuesta con un rol en el sector productivo es necesario hacer mención de las industrias creativa y culturales, en resumen, en la “Economía creativa”. Así, el sector cultura generó para el 2022 35.5 billones de pesos, equivalente al 3.3% del PIB. Este aporte es demostrativo del valor que aporta la creación a la economía y el desarrollo del país. Con los CONPES 3659 y 4090 se apoyaron respectivamente la promoción de las industrias culturales y la economía naranja.

En este marco, se considera generación de nuevo conocimiento a aquellas obras o productos de creación en artes, arquitectura y diseño, que proceden de proyectos de investigación, creación o investigación-creación, debidamente aprobados mediante convocatorias internas o externas, o avalados por organizaciones de reconocido prestigio de carácter local, regional, nacional o internacional, que desarrolla el artista en el marco de procesos universitarios como investigador institucional.

En este escenario, aunque la pretensión convencional era generar un listado o clasificación de los productos, la realidad es que es un proceso dinámico en el que cada día surgen nuevos. Estos productos, no obstante, pueden agruparse en atención a su naturaleza, su relación con el tiempo en el que se establece el vínculo entre la acción de creación, la puesta en escena de la obra y la estrategia de circulación, en tres grandes grupos: 1.Obra o creación efímera, como una obra de teatro; 2.Obra o creación permanente, como una escultura; y 3.Obra o creación procesual. Y a partir de esta agrupación se crearon unos mecanismos para la valoración, que tienen escenarios más allá de un libro o una revista: un museo, una bieneal, una feria, un concurso, etc. Otros mecanismos de valoración pueden ser los pares o los jurados. Algunos criterios o parámetros para la valoración son: la trayectoria del escenario, el ámbito, el mecanismo de selección, el tipo de reconocimiento.

Esta fue una ruta en la que la asociatividad en torno a las artes fue un motor para el reconocimiento. Un punto de partida importante fue sacar las artes de la ´sombrilla´ de las humanidades en la clasificación propuesta por la OCDE, de tal forma que no se diera una confusión por un agrupamiento indebido.

Ahora bien, además de estos productos propios, la artes también participan en los productos convencionales de generación de nuevo conocimiento académico con los artículos, libros, capítulos de libros, entre otros; en productos como resultado de desarrollo tecnológico e innovación; productos de  desarrollo tecnológico en contratos de consultoría; productos de apropiación social del conocimiento en las dimensiones apropiación académica y apropiación creativa, en el marco de procesos de circulación de conocimiento: talleres de creación, individuales o grupales; innovación. 

Por último, una mirada desde MinCiencias

La formación de las vocaciones es clave, en cualquier caso, para la generación de conocimiento y el afianzamiento de la ciencia, en el marco de la Política Pública, orientada por Misiones, que parten de la Misión de sabios que se transforman en el escenario del PND actual.

Esta visión formativa debe desarrollarse desde la interdisciplinariedad (e intersectorialidad) en un escenario de ciencia que da respuesta a problemas sociales reales. La propuesta es desarrollar una política de formación e inserción laboral de talento humano de alto nivel, desde abajo hacia arriba y desde las regiones. Esta propuesta parte del PMD en el aspecto tocante a la creación de un Sistema Nacional de Educación, que debe relacionarse ineludiblemente con el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.

Desde Minciencias, para aportar a la visión de país como una sociedad del conocimiento se plantea formar talento humano de alto nivel, intentando articularse con el proyecto de creación de un Sistema Nacional de Educación.

Como se había señalado, el enfoque territorial es clave y la dirección de arriba hacia abajo, todo desde un abordaje tanto cuantitativo como cualitativo. 

Es un proceso en marcha, que se abre camino y espera se consolide.