Blog 9 - De Escuela a Facultad: 50 años formando profesionales para el patrimonio cultural

Introducción

El 6 de agosto de 1974, un día antes de que el presidente conservador Misael Pastrana Borrero entregara el poder al liberal Alfonso López, un grupo de entusiastas profesionales se reunieron en Bogotá para darle vida a una idea, a un proyecto que marcaría el futuro del patrimonio cultural en nuestro país.

En las instalaciones de un antiguo convento en el corazón de Bogotá, se inauguró en esa fecha el Centro Nacional de Restauración Santa Clara, en adelante el Centro o el CNRSC.

Algunos autores atribuyen al entonces joven embajador de Colombia en Italia, Luis Carlos Galán Sarmiento, quien a la sazón contaba con 31 años, la idea de crear un Centro de Restauración en Colombia para emular el trabajo del Centro Regional de conservación creado por la Unesco en México pocos años antes.

Otros señalan una simple coincidencia en la que el IILA, el Instituto Ítalo-Latinoamericano, contactó al embajador para estudiar la posibilidad de organizar en nuestro país un centro de restauración permanente con el apoyo del gobierno italiano y para el servicio de Colombia y de los demás países del Pacto Andino y de Centro América.

Sea cual sea el origen del proyecto, lo cierto es que, ese 6 de agosto, hace 50 años, con un equipo mínimo de dos restauradoras que habían estudiado en el exterior, un químico, un fotógrafo y personal de apoyo administrativo y logístico, daban vida al CNRSC, adscrito a la Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, en aquel entonces bajo la dirección del poeta Jorge Rojas (Sánchez 1986).

Rojas fue el primer director de Colcultura, entre 1968 y 1974. El Instituto fue creado como una dependencia adscrita al Ministerio de Educación Nacional con varios propósitos, entre ellos, el fomento de las artes y las letras, el cultivo del folclor nacional, el estímulo de bibliotecas, museos y centros culturales y la divulgación de la cultura nacional.

El primer director del Centro fue el abogado e historiador de arte Eugenio Barney Cabrera, profesor de la Universidad Nacional y autor de una extensa obra sobre historia e historia del arte moderno de Colombia, así como de varias aproximaciones al arte prehistórico agustiniano.

En su primer año, todos los esfuerzos del equipo del Centro se encaminaron a la adecuación de la sede, en las antiguas instalaciones de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional, en el lugar que había ocupado el convento de Santa Clara, demolido a comienzos del siglo XX. El levantamiento de inventarios, la redacción de manuales para museos y bibliotecas, fueron labores a la par de la organización administrativa del CNRSC. Se adecuaron talleres, salones, un laboratorio de química y otro de fotografía, así como una modesta biblioteca (Sánchez 1986).

Las primeras obras restauradas eran pinturas y esculturas de las colecciones de los museos Nacional y de Arte Colonial, por lo que, el Centro se asimiló inicialmente a un taller de restauración de pintura de caballete.

A finales de la década de 1970, el CNRSC da un salto importante con la creación de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museología, un departamento o sección especializada cuyo objetivo principal fue la formación, investigación y difusión de temas patrimoniales en Colombia. Este proyecto académico dentro del Centro contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, de la OEA, del ICCROM y del Getty Conservation Institute, entre otras instituciones (Colcultura, sf., pág. 1).

La Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museología de Colombia tenía la misión de complementar y fortalecer el trabajo del Centro Regional para la Conservación del patrimonio cultural en Churubusco, Ciudad de México. El de Churubusco formaba parte de las cinco iniciativas de Centros Regionales promovidas por la UNESCO en la década de 1960, junto con las de Jos (Nigeria), Nueva Delhi (India), Hawai (EE. UU.)  y Bagdad (Irak) (Pérez 2019).

El plan de estudios de la Escuela Nacional de Conservación tenía una duración de cinco años e incluía materias de química, biología, fotografía, idiomas, historia, semiótica, historia del arte e iconografía, entre otras asignaturas. El eje central de la formación era el taller de restauración, un espacio académico distintivo de la formación de los restauradores hasta hoy. Los talleres de restauración son espacios de clases y formación, esenciales para el desarrollo integral de los futuros conservadores y restauradores, proporcionando un entorno donde se combinan teoría y práctica para garantizar la preservación de los bienes culturales. En esencia, es una metodología de “aprender haciendo” en el que los estudiantes restauran los bienes culturales bajo la supervisión de sus profesores.

Los primeros talleres en consolidarse fueron los de pintura de caballete, madera, pintura mural y cerámicas arqueológicas. Los encargados de su organización fueron las restauradoras María Cecilia Álvarez-White, Carmen Sofía Reyes, Patricia García, Beatriz Restrepo, Sofía Morales de Moncada y Fernando Barandica, maestro de cerámica artística y técnico de cerámica industrial, con experiencia docente varias instituciones. Álvarez-White fue también la primera directora de la Escuela (Sánchez 1986).

El ambicioso proyecto de restauración arquitectónica de la Iglesia de Santa Clara y de sus colecciones de pintura y escultura colonial, iniciado en 1975, fue un escenario de aprendizaje muy importante para los restauradores en formación, dado que, inclusive, en algunos casos se les contrataba para trabajar medio tiempo. Este acercamiento a los bienes culturales y su intervención directa, en un ambiente de taller de oficios, pero con sólida formación científica y humanística, han marcado desde entonces la formación de los profesionales en conservación y restauración.

El tránsito a la Universidad

La Escuela de Conservación, Restauración y Museología funcionó como parte del Centro Nacional de Restauración hasta 1993. Desde mediados de la década de los ochenta, la Escuela empezó a tener dificultades, que llevaron a buscar un aliado académico, inicialmente una universidad pública, que permitiera profesionalizar a los egresados de la Escuela. El Centro Nacional de Restauración, finalmente, cesó sus actividades en 2003.

Mediante el convenio 046 de 1992 suscrito con Colcultura, la Universidad Externado de Colombia, una universidad privada con una centenaria tradición de servicio al país a través de sus carreras de ciencias sociales y humanas ofreció el aval académico para el reconocimiento del programa educativo como carrera profesional, mediante la expedición del Acuerdo 154 de 1993 del Instituto Colombiano de Fomento de la Educación Superior (ICFES).

El convenio 046 tenía dos propósitos fundamentales: avalar el título profesional de los egresados de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museología; y formar a los nuevos profesionales en este campo, novedoso, en nuestro país. El programa profesional de Conservación y Restauración de Bienes Muebles inició oficialmente en el primer semestre de 1994, marcando el comienzo de una nueva era en la formación de profesionales dedicados integralmente a la conservación del patrimonio cultural.

A lo largo de los años, la facultad ha evolucionado y expandido su oferta académica. En 2005, se transformó en la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, incorporando nuevos programas como los pregrados en Museología (2006) y Arqueología (2008), así como posgrados en Sostenibilidad de Instituciones Culturales (2016), Patrimonio Cultural Sumergido (2019) e Investigación Forense de Violaciones de Derechos Humanos (2024).​

En 2024, en la Universidad Externado de Colombia celebramos con orgullo el trigésimo aniversario del inicio de la formación de profesionales en patrimonio cultural en Colombia, un hito significativo para el Externado y para el país. Desde su creación, la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural ha sido crucial en la preservación y promoción del patrimonio cultural colombiano, formando profesionales en campos como la restauración, la museología y la arqueología. Además de su labor formativa, el trabajo de la facultad impacta en los ámbitos investigativos y de extensión.

Más allá de las aulas: investigación y extensión

Hoy en día, el patrimonio cultural en Colombia y en el mundo es entendido de manera integral y participativa, abarcando un amplio espectro de bienes y manifestaciones que incluyen desde edificios históricos, paisajes, hasta tradiciones orales, festividades populares y expresiones gastronómicas, musicales y sagradas. Según el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, el patrimonio cultural se concibe como un conjunto de activos sociales que proporcionan sentido, identidad y pertenencia a las comunidades. Es un factor crucial para el bienestar y el desarrollo, y todos los colombianos tienen el compromiso de protegerlo y salvaguardarlo​.

El patrimonio cultural no sólo se preserva en función de la memoria histórica, sino que también fomenta el desarrollo socioeconómico al ser un motor de la industria turística y un factor clave en la revitalización de áreas urbanas y rurales​.

La formación en la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural se caracteriza por su enfoque integral y multidisciplinario. Los estudiantes adquieren conocimientos en diversas áreas, incluyendo la conservación, la restauración, la arqueología y la museología. Además, participan en prácticas profesionales y proyectos de investigación que les permiten aplicar sus conocimientos en contextos reales​​.

Los cerca de 400 egresados de la facultad han demostrado su capacidad para integrarse en el mercado laboral tanto a nivel nacional como internacional. Ocupan puestos clave en museos, archivos, bibliotecas y otras instituciones culturales, y contribuyen a preservar el patrimonio cultural de todos los colombianos.

Celebrar los 30 años de formación de profesionales en patrimonio cultural es reconocer el esfuerzo continuo por preservar y valorizar la riqueza cultural de Colombia. Este aniversario no sólo destaca los logros alcanzados, sino que también reitera el compromiso de la Universidad para seguir construyendo un futuro donde el patrimonio cultural sea un pilar fundamental para el desarrollo y la identidad de quienes habitamos este país. La Universidad Externado de Colombia se enorgullece de haber sido pionera en este campo y de seguir cumpliendo, a cabalidad, uno de los mandatos de la Ley 30 de 1992, "Artículo 6º Son objetivos de la educación superior y de sus instituciones: (...) j. Conservar y fomentar el patrimonio cultural del país.”

 

Referencias

Colcultura, s.f. Centro Nacional de Restauración Santa Clara, Bogotá. Proyecto Regional de Patrimonio Cultural PNUD UNESCO.

Pérez, Adrián (2019) Centros Regionales UNESCO (1963-1967): Historia general de un proyecto de colaboración internacional en el ámbito de la conservación cultural. Conservación y Restauración No. 17, Enero-Abril, pp. 239-247.

Sánchez, Luisa (1986) Restauración artística en Colombia. Monografía de grado. Universidad de La Sabana, Bogotá.

 

José Luis Socarrás Pimienta

Antropólogo y decano de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad Externado de Colombia. Correo de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. X: @socarraspi

 

 

Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan la posición de la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales, ni de su Consejo Directivo.